Mi foto
No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

29.10.12

(No somos dos agujas en un pajar)

No quiero dejar de sentir. Pero debería dejar de sentir todas esas cosas que en realidad, no tendría por qué sentir. La gente me golpea. Giro la cabeza hacia lo mismo de siempre. Busco un lugar cómodo en la miseria. Y, ganás. Esto no es una despedida. No estoy escribiendo para contarte que voy a estar mejor. No te escribo para decirte que ya no voy a estar ahí si me llamás a las dos de la manana la noche de tu cumpleanos. No estoy enojada. No estoy dolida. No es que quisiera gritarte todas estas cosas en persona. No me voy a olvidar de cómo te llamás. No me interesa. Te escribo para decirte que voy a seguir. Te estoy escribiendo porque quiero recordarme que quiero hacer un stop. Un borrón en lo último de la página. Hoy no te escribo, hoy me escribo. Merci pour les bons moments passés ensemble.

(aunque pinchemos lo justo para hacernos sangrar)

19.10.12

I like you a lot, i like you a

El día de hoy huele a humo viciado y a ceniceros llenos desde hace días. El desasosiego y la incomunicación fueron las características principales de los pasados once días. Y qué puedo decir, la verdad nunca me gustaron tus juegos, te mentí. Es que todo está un poco peor de como podría estar. O mejor, no lo sé. Me olvidé un poco de lo que quería decir. Dieta de vino, pastillas y pocas horas de sueno. Y de nuevo a la marcha.

14.10.12

Proceso

Hay preguntas que nunca nos vamos a contestar, y es así, y está bien, porque está bien que haya cosas que no entendamos. Nuestro centro se comparte, a veces. Y muchas veces una historia es la misma historia, o capaz todos vivimos lo mismo, pero en diferentes momentos. Hay días en los que me pierdo, en mí misma, en cosas, pero hay días en los que me encuentro. Me encuentro mirando por la ventana, las estrellas, la luna, y todas esas cosas sobre las que la gente escribe cosas lindas, pero en las que no termino de encontrar encanto. Sabés qué es lo peor? Que siempre que quiero escribir de otra cosa vuelvo a vos, y me acuerdo de cosas estúpidas tuyas que me gustan. Como tus orejas, por ejemplo. Es triste encerrarse en alguien, o en algo, pero la mayoría de las veces, es algo inevitable. No sé cuántas veces me puedo dar contra la misma pared la cabeza, pero sé que algunas heridas no perduran, ni dejan marquitas, y por suerte, esta es una de esas.