Mi foto
No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

24.9.13

Pegar la vuelta

Busco en vos un poco de humanidad, y sólo encuentro alambres, pinches, carne. Vuelvo la mirada hacia mi cuerpo y no hay nada: los órganos se consumieron, tengo la piel podrida por dentro. No sé si voy a volver en mí, tampoco puedo reencarnar en vos. No hay lugar entre nosotros dos para nada más que huracanes. Y puede ser que el viento traiga algo bueno, pero para eso tiene que destruir primero todo lo existente, y hacer añicos la poca realidad que nos queda. No me quiero caer mil veces de la misma manera. Es que hay cosas de mí de las que no me puedo escapar. Hay sensaciones que todavía quiero correr. Pero sabés qué pasa? Tengo los cordones de los borcegos atados, en nudos, en miles de nudos. No puedo correr más, a cuestas puedo llegar a caminar un par de pasos sin caerme. Sé que no voy a llegar mucho más lejos que esto. Y capaz es esta misma resignación la que me dice: sacate los zapatos y andá para otro lado, estás mejor así. Y es que entendí que, es mejor
así.
(las cosas no suceden porque sí)

19.9.13

://tomiss

Qué es lo importante. Qué es existir. Recordar vs. revivir. Ciertas cosas nunca van a conllevar a más que a una oleada de flashbacks. Donde nos caemos es donde vamos a poder resurgir ciertas alas que nunca tuvimos (eran sólo para salir de los pozos). Me tropiezo contra un montón de agujeros negros mentales. Faltan partes, me absorben otras. Estamos en una montaña rusa de sentimientos a destiempo, y capaz en realidad sólo sea que, ciertos tiempos nunca van a llegar. Lo entendí.
(te quiero a pesar de las llamas)

17.9.13

Martes

Me miro en algún reflejo y me saco las escamas de a poco. Una a una. Creo que alguna vez quise que no me lastimara nada. Ni nadie, ni algo. Ni yo. Pero ya me cansé. Necesito sentir algo. Y no me importa si es dolor. Y no me importa si tengo que llorar por vos. Quiero que te lleves mi corazón y le claves mil agujas. Quiero que le claves tus uñas, que te chorree mi sangre por las manos. Necesito que me destruyas porque es la única forma de que pueda volver. No entendés? Yo nunca pertenecí a esta ciudad. Estas nunca fueron mis personas. Quiero poder irme, pero todos los trenes se fueron hace rato y la verdad es que no supe bien de otra forma de llegar. Voy a volarme el cerebro de diecisiete millones de tiros esta noche. Y es que algún día será
este mundo
hermoso.
Es sólo que me olvidé de cómo hacer para que el viento me toque. Cómo hago para volver a encontrar algún sabor en mirar a las estrellas? Todo lo que puedo sentir últimamente es amargo. Sé que generalmente me niego. A veces me convenzo de que el sabor es otro. Pero la realidad es una, y es esta. Y la mayor parte del tiempo no sé ni cómo mirarla a los ojos. Sólo sé cómo cerrarme ante ella. Pero está ahí, y me está viendo. Nunca pensaste que capaz la vida no se trataba de aprender a ver las cosas bellas? Que capaz te mintieron. Yo creo que se trata de ver otras cosas, de ver a la gente muriendo, las casas derrumbándose, los tsunamis consumiéndonos, las relaciones terminándose, de verte en el espejo y saber que no das más. Lo peor no es todo eso, lo peor es saber que todo eso es lo que podés saborear por más tiempo. Por eso no me acuerdo de tantos sabores.
Capaz preferí olvidarme de un montón de cosas.
Lo malo es que siempre las vuelvo a recordar.
Y ahí empieza la disconformidad.
Quiero que alguien me garantice mil años de felicidad, y que el resto sea basura.
Y otra historia.
Quiero borrar cosas, quiero borrar todo lo que pasó. Me quiero olvidar de todo lo que hice.
De todo lo que hiciste. Me quiero olvidar de todo lo que alguna vez me hicieron. Me quiero olvidar.
Y no,
puedo.
Porque esto se trata de todo, del principio de los tiempos conocidos. Del comienzo de mi historia. Y sé que no fue siempre todo una mierda, pero la verdad ya no sé cómo caminar sin chocarme contra mis propios tobillos, y no es porque soy torpe, sino porque no sé. Porque capaz nunca aprendí.
Estimado mundo cruel, te dejo que me absorbas el alma.
Sos un tiro al aire, y por eso tantas cosas.
Tantas
cosas.

15.9.13

Yo te dejaría hacerme todas esas cosas que nunca hiciste

Caigo en tu juego sólo para encontrarte otra vez. Para encontrarnos otra vez. Volvemos a ser algunas de todas esas cosas que eran. La realidad me ampara y me permite levantarme sobre algo de lo que. Algo sobre lo que prefiero llorar mil veces. Quiero que me regales al menos tres sentimientos que pesen más que este suelo. Quiero que te choques contra las rocas para venirme a encontrar. Sabés dónde está el error? Siempre esperé más de vos de lo que podía esperar de mí. Te dí la mano para que sintieras mi falta. Y  tardé 57 días en entender que incompleto te veías mejor. Qué querés que te diga? Que te quiero hacer mejor? Somos dos monstruos colosales en contra de la multitud. La única diferencia es que yo la quiero cambiar, y vos la querés destruir. Me destruís, te quiero cambiar. Me cambiás, te quiero destruir. Me destruís, te cambio. Cambio, me destruís. No hay punto en común. Capaz nuestros cuerpos no se deberían haber cruzado nunca. Pero prefiero creer que simplemente nos encontramos en la galaxia equivocada. Prefiero creer que sé respirar sin todo esto. Prefiero verte aspirar monóxido de carbono: me es ajeno. No hago nada. Y sé que me ves viéndote. No hacés nada. Quiero que desaparezcas. Pero sabés qué? Justo cuando te hagas humo, quiero desaparecer con vos.

9.9.13

Empezar la semana hoy es:

El correr del tiempo significa aprender a no exigirnos ciertas cosas. No exigirme, no exigirte, no exigirle a nadie. Mientras más me acerco a mi voluntad, que es tu voluntad, más me alejo de este cuerpo, que es mi cuerpo, que es el que veo la mayoría de las veces en que me veo en el espejo. Cuando yo soy yo y no sos vos. Hoy subasté mi alma al mejor postor y adiviná qué: ganaste. Te regalo siempre algo de mi escencia que no querés tener, que no necesitás, pero igual tomás. Robo siempre de tu ser a cuentagotas. Algunas gotas mías y otras tuyas. Cuando se mezclan lo suficiente es que entiendo que hay cosas que no puedo separar. Me tomo un cóctel de todo esto con el desayuno y dejo de poder hablar en tiempo pasado. Porque todo esto es presente, porque todo esto son cosas que me pasan, porque todo esto me pasa. Y no quiero caer en la tiranía de ansiar poseer algo tuyo. No te confundas. No quiero tu cuerpo, quiero tu alma consumida colgada en un cuadro en la pared. Nunca te quise destruído, no es así. Pero hay cosas de vos que no puedo arreglar, y hay cosas de mí que sólo se arreglan cuando te acercás. Hay cosas de nosotros que nunca van a funcionar, pero hay un millón más que me dan ganas de seguir enroscándome en entre estos hilos resistentes a los cambios atmosféricos. Aunque siga lloviendo, aunque me sigas prendiendo fuego por partes, algo no me deja que quiera salir de ahí. Y es ese algo el que me hace seguir sonriéndote desde el lugar que me toca hoy, porque esto siempre fue así (y va a seguir siendo así hasta que aprendas, o yo aprenda, alguna forma de destruir todos estos nudos que sí sea efectiva). Esto no es lo que es, pero tampoco es lo que podría llegar a ser. Nos hundimos en una oleada fuerte de tridimensionalidad que nos acerca hacia. La nada. Más del mundo. Una caricia del día a día. Un beso para despertarse sin olor a vino. Tenemos los zapatos viejos gastados, colgados del cuello, chorreando de algo. Está bien así.