Todavía se escribe tu melodía entre mis pensamientos, de tanto en tanto. Qué absurdo considerarte como otra huella que se llevó el tiempo. Nunca vas a ser un simple recuerdo, y por ahora, seguís siendo la única voz que quiero escuchar, hasta que las luces se apaguen y este cuerpo cansado de haber pasado por tantos otros iguales, ya no respire.
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