No importa si no existo mañana. Me reflejo en tus ojos, y eso vale. Encerrarme en la prisión de tu cuerpo, quedarme por siempre aferrada dulcemente a tus neuronas. El silencio que retumba en tu cabeza, la ausencia de las palabras adecuadas. Tu imagen se distorsiona en el espejo - aún así te ves tan bien. Quiero que hagas añicos mi corazón, quiero que comas mi alma en el almuerzo y mis ilusiones en la cena. Dejar de sentir, volver a sentir. Cambiá el final, ¿cambiás mi final?
Calculo que el secreto está en la primera línea. Y encarar las cosas como si no existiésemos mañana. Si vemos las cosas desde esa perspectiva de inmediatez, siempre se va a tener la chance de cambiar el final. Y no una, sino mil veces.
ResponderEliminar"Quiero que hagas añicos mi corazón, quiero que comas mi alma en el almuerzo y mis ilusiones en la cena."
ResponderEliminarEso es muy yo, de hecho estoy casi seguro que alguna vez puse algo muy parecido.
En fin, espero que hoy estés disfrutando tu noche. Hablamos mañana hermanita