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No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

28.6.11

Regresaremos a la tierra.


A Marisa Badino, cuántos días después de nunca más... Ninguna cuenta regresiva es posible cuando el sol gira en sentido opuesto al espiral de tus pasos (¿terrestres o celestes?) y cifrar con palabras todo el tiempo no vivido parece la medida justa del desconsuelo. Pero digo, Marisa, que tu nombre de tan fácil rima rechaza por igual la brisa caliente del verano entre los pinos del cementerio público en Sunchales como la breve risa del borracho que levanta su copa sin saber cómo se llama la difunta... Sos una difunta, ¿viste?, sos la vieja que no llegaste a ser, porque los muertos siempre resultan anticuados, turbios y pasados de moda en sus posturas de muñecos de cera. Yo prefiero no haber estado en tu velorio y gracias le doy a quien no creo por vivir tan lejos de tu fosa que me siento libre de refutar la corrupción de tu cuerpo, tachar con una cruz de tinta cada bicho o cada yuyo que brote de tus huesos, y encarnarte de nuevo en mis deseos no cumplidos, para cambiar los años que no fui nadie en tu vida por un siglo juntos o una tarde. Que conste en actas: nombre: Sra. Marisa Badino de Schilling; domicilio legal: este poema.

Carlos Schilling
 (odio contaminar mis cosas con cosas escritas por otros, pero tenía que poner esto en algún lado para no olvidármelo) 

 

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