Mi foto
No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

21.2.14

(Al) - bienestar:

Te dejo ganar por esta vez (como la mayoría de las veces). Me muero de ganas de sentir algo diferente pero todo me lleva a lo mismo. Pienso en luces. Pienso en mi cuerpo. Pienso en tus no lunares. Me dan ganas de que tengas la espalda llena de lunares para poder trazar constelaciones imaginarias desde un punto a otro con mis dedos, o con mi cabeza, da igual. Tengo ganas de que durmamos una siesta eterna en la que soñemos que estamos en otro lugar igual a este, con la diferencia de que en ese lugar nos estamos sintiendo bien todo el tiempo, y eso no llega a ser aburrido. Quiero que el aburrimiento no exista, quiero que seamos colores y que pintes mi piel pálida de azul francia con un montón de pinceles de distintos tamaños. Pero no, no es eso. Lo que quiero en verdad es colorearme de muchos colores con esos crayones que se vuelven acuarelas cuando les echás agua. Me gustaría brillar en el mundo de una forma que contagie y que haga bien. Y que la gente no me mire como si supieran. Como si supieran ese algo. Quiero ser colores por adentro y por afuera también. Algún día le voy a volver a dar a alguien el poder de destruirme y no lo va a hacer. Lo sé porque sé que esas cosas pasan. Sabés qué es lo bueno? Todo puede pasar, y aunque a veces no seamos consciente del todo: el mundo es nuestro. Hoy, y mañana, y el resto de la eternidad también. Brillemos. Vos, yo, las estrellas. Y el mar también, cuando refleja la luna y no hay nada más.

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