Mi foto
No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

31.7.13

Crónica de los días después

Miro tus ojos y te pregunto de qué color son.
Miro el verde. No lo encuentro. Y el verde se vuelve marrón.
Y el marrón se vuelve negro.
Y todo lo negro se oscurece.
Toda tu oscuridad me mira.
Tus ojos negros me miran.
Tus pupilas me leen.
(o me traspasan)
Toda tu cara se oscurece.
Y me absorbe.
(sólo un poco)
Nuestros cuerpos se consumen y las cenizas se caen con el último pucho que me quedaba en la caja.
El cuarto está vacío de cosas que valgan la pena.
Llegó otra noche, llegaron mil lunas nuevas, ochenta inviernos. Sesenta mil setecientas cincuenta y ocho mariposas que se mueren al día siguiente de haber nacido te avisan que el sistema nervioso va a colapsar. Las neuronas se estallan pegándose a las paredes del cráneo. No vas a pensar más. Te avisan de un cáncer en expansión, una anemia emocional, un derrame de sentidos.
Mi sangre se congela y te pide que pares.
Me sonreís porque no entendés o me sonreís porque entendés demasiado?
Lo importante es que siempre te dejo entrar un poco más.
Un poco más cerca.
La última vez cerré la puerta muy fuerte pero tenías los oídos tapados.
Tu esqueleto me pide que me amolde, y ya no sé si quiero que mis costillas coincidan con las tuyas.
Ambos sabemos que así se está mejor.
(y por eso me sigo callando)
(y por eso seguís sonriendo)
ya no te miro entre la gente.
(y no porque no quiera, sino porque no puedo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario