Mi foto
No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

3.5.15

Veinticinco

Siempre termino cayendo acá. Podía empezar un montón de oraciones que empezaran con "anoche era". Anoche fue, casi lunallenaescorpio -seguro no te dice nada-, el cumpleaños de mi vieja que murió -seguro tampoco te dice mucho-, una noche más, eso sí. Anoche fue. El pasado se murió hace rato con toda esa gente que exhala su humo alrededor de mí. Caigo sola a un lugar que está muy muy muy lejos de mi casa. Intento relajarme de todas las cosas que me andan preocupando -tanto-. Digo y repito: no te vas a adelantar a los hechos. Pero ves, es gracioso, siempre lo hago. Y siempre da cierto. Es como ver el futuro, pero todavía más fácil, porque tenés la cualidad de ser muy predecible, casi siempre. Me siento como un día de Mayo que fue hace unos dos años y elegí no recordar más, a excepción de cuando escribo al respecto. Escribí muchas veces al respecto, escribo más de ese día para hacerlo irreal que por cualquier otra cosa. Escribo esto, acá, ahora, para convencerme de que también es producto de mi imaginación notar como poco a poco voy sintiendo cada vez menos. Hoy no siento nada, es como estar muerta o algo. Ayer le dije a alguien: tengo miedo de no volver a sentir más, eso es lo que más me asusta: la idea de los sentimientos como nafta que se acaba, como si gastar emoción de más en algo te reste emoción del futuro. Aún después de todo, resulta casi absurdo que tenga ganas de seguir sintiendo. Me fui llorando en el 168, a las puteadas un poco también. Llamé por teléfono a dos personas diametralmente opuestas, a ver si tenían también opiniones opuestas para darme, pero no fue así. Llamé a una tercer persona que me dijera: vení a tal lugar, estoy acá y te espero con un abrazo. Me siento una nena chiquita, como siempre, como siempre que estás involucrado en algo. Las espaldas ajenas siguen sin parecerse a la tuya y quizás sea esa la única razón por la que me termino volviendo a casa, desde ese algún lugar tan lejano en el que estaba, para acostarme en mi cama a pensar un rato en que te envidio, porque nunca te pasan ninguna de todas estas cosas, y finalmente me quedo dormida, para despertar y entender que anoche, fue sólo otra noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario