Mi foto
No puedo cambiar (prefiero desaparecer)
Palabras distribuídas sin ningún tipo de orden especial, o espacial, o sí.

18.6.13

Un martes cualquiera en la vida de siempre, o no

Hoy es uno de esos días en los que ya con el simple hecho de existir sabés que tu vida está convirtiéndose en una mierda, y hasta cuando te recluís en tu casa para ignorar el simple hecho de que te pueden pasar cosas peores en el mundo exterior, recibís mails, llamados, de todo tipo que anticipan que todo está por volverse peor aunque te hayas negado a ser parte del universo el día de hoy. Me siento abrumada, eso siento. Y siento que la ciudad no hace otra cosa más que cortarme el oxígeno cada vez que creo que aprendí a respirar afuera del agua. Los edificios son cada vez más altos, y hasta la noche porteña me dice que hoy mejor no salga, porque es evidente que la amnesia consecuente que viviría el día de mañana se va a sentir incluso peor que todo esto. Quiero recordar. Quiero olvidar. Qué es lo que quiero? Me gustaría sentir que algo de todo lo que se supone que debería tener sentido, lo tiene. Tengo ganas de contarle a alguien todo lo que me pasa, pero mi orgullo es tan fuerte, que no me deja ir corriendo hasta la puerta de tu casa para decirte que necesito que me abraces y no me preguntes mucho más que 'va a estar todo bien?'. Tengo ganas de vomitarme toda la realidad entera y comerme otra que sí me guste. Y no puedo, y es que me até con candados a tantas, tantas, tantas, no sé ni a qué me até. No sé por qué no puedo volar a otra parte. Estoy cansada, y quiero cuatro whiskys y tres atados de puchos, a ver si el frío vuelve a tener significado, más que el de estar lejos de todos los lugares en los que me gustaría estar ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario